miércoles, 13 de junio de 2012

El caso Lugo

En la entrada de hoy lo mejor que podemos hacer es presentar al periodista que ha abanderado las páginas, dejar que él mismo cuente la historia y mostrar la excelente cobertura. Pues allá vamos. Rino Giret es el jefe del Equipo de Investigación del diario Última Hora y del Canal de TV Telefuturo, ambos medios del Grupo AJ Vierci del Paraguay. Y esta es la aventura periodística del "caso Lugo" (conviene destacar que el "señor" Lugo es... el presidente del país):


"Desde el inicio —escribe Rino— fue un desafío periodístico en todo sentido porque el caso llegó a nuestras manos lleno de obstáculos, algunos dramáticos y otros hasta cómicos...".

"Habíamos tomado contacto con Narcisa Delacruz, la mujer que desata el escándalo, a través del corresponsal en el departamento de San Pedro, donde tuvo lugar la relación con el presidente. En la primera conversación surgió el primer enredo: la mujer solicitaba un abogado que en forma gratuita llevara adelante una demanda por paternidad contra el presidente. Le dijimos que el diario y el canal no podían pagarle un abogado porque ese no era nuestro rol, a lo sumo contactarla con algunos para que ella llegara a un acuerdo con ellos. La segunda valla la tuvimos cuando la mujer confesó que no se animaba a revelar el secreto sin el consentimiento del marido, quien se había opuesto tenazmente a la posibilidad de sacar a luz el hecho, llegando a amenazarla con echarla de la casa. La tercera surgió cuando dijo que no daría la entrevista, sino la información en forma extraoficial para que la publicáramos como un trascendido. Mitad por vergüenza, mitad por miedo, Narcisa se resistía a salir, por sobre todo, en las pantallas de TV".

"Volvimos a la carga en una segunda reunión, donde todo pareció complicarse más. Contactamos con un abogado que le prometió el oro y el moro, pero dos días después retrocedió. El marido no daba el brazo a torcer. En medio de todo, descubrimos, para nuestro asombro, que el principal interesado en que la madre contara la verdad era precisamente el hijo de Lugo, un niño de diez años que reclamaba a la mamá el apellido del padre. Una tarde decidí visitar a la mujer en su lugar de trabajo, donde hablamos largo y tendido frente a su hija mayor, Annika, quien se convirtió en un personaje central".

"En uno de esos encuentros, Annika nos envió desde su teléfono celular, sin tener mucha conciencia de lo que hacía, un video donde se veía a Lugo acariciándole el pelo al hijo de Narcisa, de nombre Ángel. Ella lo había filmado al presidente, a espaldas de su seguridad, en la propia residencia presidencial sentado en un sofá con el hijo al que nunca reconoció. Allí supimos que teníamos la prueba de que la historia era verdadera".

"Pero faltaba el testimonio de la mujer. Esa vez, logramos convencer a Narcisa para tener un cuarto encuentro, donde estaría otro abogado y que luego de la charla le haríamos una entrevista. Aceptó, a regañadientes, pero sin que las cámaras de televisión le tomaran el rostro. Fue el sábado por la tarde, ya habían pasado ocho días del primer encuentro. Se reunió con el abogado y quedó un poco más convencida. Allí le dijimos que el momento era ese y abrimos el micrófono y la cámara le apuntó directo al rostro: Narcisa se había animado a romper el silencio. De lejos, Ángel hizo un gesto de alegría al percatarse de que su madre estaba contando todo a la prensa. Tres días después, el martes, publicamos la historia en el diario y en el canal, con gran destaque. A las 7 de la mañana de ese día, Lugo convocó en el Palacio de López a su abogado para que anunciara que reconocerá al niño. Ángel había ganado, ese día terminó su angustia".


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